PADRES NO COMPRENDIDOS E HIJOS NO ESCUCHADOS.
La compresión es en muchas ocasiones un fiel reflejo de lo que somos, y nos “sugestionamos” ante nuestros hijos. Si bien se marcan distintas tendencias en cada una de nuestras crianzas como lo es léxico y el comportamiento, muchos padres no puede desplazarse o dar el paso a ese otro lugar de su propia existencia, y de una realidad en la que los hijos van pasando por formaciones en su personalidad; esto incluye a sus propios pensamientos, siempre remarcando la conformación psíquica, pero quien puede decir que la psiquis del adulto se conforma en su totalidad, lo lógico es pensar que se va construyendo toda la vida.
Jóvenes con películas en sus pupilas con otros colores, un color que a medida del paso del tiempo va oscureciendo en ciertas relaciones o se iluminan con hermosos colores, pasando mas allá de todo, pero aun esta relación y la no comprensión de ambos es un signo, un llamado, un grito de desesperación, siempre de dos partes involucradas, y se da cuando los padres necesitan ser comprendidos y los hijos necesitan ser escuchados, a esto si bien es una connotación que para muchos es negativa, la podemos llamar y es por aquello que conocemos unión familiar, siempre recordando que la relación de familia si existe y es sinónimo de conflictos, es aquí donde observamos y analizamos los psicólogos diferentes traumas, como problemas en la educación, financiero, la perdida del trabajo, divorcios, adicciones ya sea mental o física, la falta de comunicación es decir abarca la dificultad para poder expresarse en las emociones y sus propias necesidades, las peleas o discusiones impulsivas, ganan y prevalecen hasta que de ambos lados no se detengan a centrar la problemática para la vida humana.
La solución mágica no existe, pero si la contención a medida, con la escucha, el hablar con este otro que también ese otro habla, escucha, piensa, siente, la demostración de lo afectivo, el revivir o el descubrirlo si nunca lo ejerciste, la terapia es una buena herramienta para sostener la relación, otra instrumento en el abordaje es la propuesta de la participación de todos los involucrados, en este espacio terapéutico podremos encontrar en primer lugar un análisis de un diagnostico presuntivo, con las diferentes sesiones un diagnostico real para cada familia en procesos de tratamiento, ya que cada caso siempre es particular.
Dejo para que el lector pueda analizar y disgregar, la forma en la cual actuamos y nos relacionamos en la vida con nuestros padres o personas que nos han criado, es fundamental para nuestra salud psicológica.