Y así sigue la vida, caminan los días, los meses, los años y queremos seguir dándonos oportunidades en un primer intento, en un segundo, en una tercera prueba. Siempre exponiendo nuestros cuerpos porque ese dolor se convertirá en felicidad.
Cada paso genera ansiedad, deseos, miedos, vergüenza, rabia, tristeza o culpa y mucho dolor, de esos que no les podemos contar a todos, ya que la mayoría de la sociedad esta acostumbrada a no tener problemas con estos casos; en lo cual si buscas información se habla de abortos y el deseo de no ser madres, o el estigma de la sociedad, pero nosotras que si queremos ser madres ¿en que colectivo estamos?
Se vuelve muy cansador nos ponemos un poco nerviosa, y constantemente nos preguntamos si se dará ese día, si seré madre; y si acaso no se da, mi psiquis y mi cuerpo se adaptarán a esta realidad cruel, en la que no queda mas que resignarnos.
En estos casos la necesidad de terapia psicológica para la mujer, en grupos de mujeres que pasan por la misma situación se sentirá a favor, reforzando a su vez cada momento con terapia individual.